TERAPIA DE LUZ

Fuente: Aire de Luz - Salud Integral (http://www.airedeluz.com/)

Fundamentos sobre la Luz

La Luz es considerada por la ciencia moderna como una onda (vibración) y materia al mismo tiempo (algo impensable antes del comienzo del siglo XX, antes del advenimiento de la ciencia cuántica).
Nuestro concepto cotidiano de la Luz tiene mucho que ver con la energía que nos brindan las estrellas, y el sol en particular (por su proximidad), y las fuentes de iluminación más o menos naturales, que nos permiten conocer nuestro exterior y nos brindan información vital para nuestra supervivencia. Es conocido que el mundo vegetal normalmente absorbe de la luz solar las longitudes de onda que no incluyen la luz verde para sus procesos de fotosíntesis (por eso las vemos verdes).
En el contexto de la conciencia y de la bioenergía, la Luz es información, es geometría sagrada disponible de una forma más o menos libre, descodificada y pura. Es por tanto la capacidad de interpretar la Luz lo que permite al ser humano alinearse a un determinado nivel de conciencia.
La oscuridad no es sino una manifestación de la misma Fuente que ha creado la Luz. Es un elemento más de nuestro escenario de experimentación, una herramienta para nuestro quehacer en la dualidad, y aunque existe una escuela de desarrollo espiritual basada en la oscuridad nosotros aquí nos limitaremos a considerar la oscuridad como la ausencia de Luz, de información. La ausencia de información te vuelve vulnerable, te encadena a ciertos prejuicios o procesos mentales que tienen una visión muy parcial de la realidad.
Nuestro cuerpo de Luz o alma es nuestro cuerpo de experimentación menos denso, con mayor frecuencia vibracional. Su cometido es el de permitir al Espíritu encarnar (tomar los otros tres cuerpos más densos). Nuestra alma no envejece, ni enferma (tal y como lo entendemos nosotros), aunque si se deprime (no es una depresión mental ni emocional) en el sentido que disminuye (o aumenta) su vibración.
Nuestro alma tiene como objeto aumentar su vibración. Y eso se produce cuando estás al servicio de ti mismo y te comprometes con tu evolución (aceptando y invocando cambios en tu vida). Es así cuando realmente estás al servicio de los demás, y no sacrificandote por los demás o yendo a “salvar” a otros; el servicio es hacer el trabajo en ti mismo y vivir de manera que todos cuantos entren en contacto contigo se vean afectados “positivamente” (en evolución y no en involución) por tu viaje. Aunque realmente hasta la oscuridad realiza su parte del trabajo para que puedas evolucionar.
Toda ayuda a la evolución se ve equilibrada por un “despiste/zancadilla” por parte de la oscuridad, en un intento de hacer el camino “más interesante”, “más complejo” y al mismo tiempo “más divertido”. Evidentemente a nuestra parte mental le cuesta entender esto.

Fundamentos sobre la conciencia

Se dice de la conciencia que es el testigo inalterable, desde el no tiempo, que enciende la Luz del ser.
Desde un punto de vista terapéutico cabe mencionar que nuestra mente, esa magnífica herramienta, toma el control de nuestras vidas en un intento absurdo por evitar el dolor y el sufrimiento, o, en caso extremo, lo que ella entiende por la muerte. A causa de esta identificación con nuestra mente, perdemos la conexión con nuestras emociones, con nuestro corazón, y con nuestro cuerpo físico, es decir con la inteligencia de nuestras células. Lo que decimos a menudo no se corresponde con lo que pensamos, y esto puede ser incluso lo opuesto de lo que sentimos.
Nuestras reacciones se convierten en automatismos cuando cerramos nuestro corazón: incapacitados voluntariamente para sentir porque no sabemos ni reconocer nuestras emociones, ni aceptarlas, ni dejarlas ir.
Nuestra mente crea escenarios ficticios para justificar sus propias mentiras. Vivimos así en un “sueño”, en un escenario creado a nuestra propia conveniencia (aunque esté llena de sufrimiento) porque nos apegamos a lo que nos dicen nuestros limitados sentidos.
Nuestro nivel de conciencia global es el nivel más bajo alcanzado por nuestros tres cuerpos más densos, es pues nuestro nivel de vibración, nuestro nivel de “crecimiento espiritual” como seres encarnados, o, lo que es lo mismo, nuestro nivel de integración con el cuerpo de Luz.

Un poco de historia

Hace unos 100.000 años el desarrollo humanoide en el planeta adquirió o se benefició de un nuevo mecanismo espiritual en el ADN (se plantaron las semillas de la iluminación en el ADN del ser humano), convirtiendo a la Tierra en el único planeta de libre albedrío de su tiempo.
Algunos elementos a considerar:
Hace aproximadamente 40.000 años se desarrolló una civilización con la más grandiosa sociedad que el planeta haya conocido, grandiosa en conciencia. Esta civilización fue Lemuria y su objetivo fue construir el registro akáshico del planeta. Los lemurianos no se reencarnaban en lemurianos.
En la Atlántida, aprox. 30.000-10.000 años, se trabajó para potenciar la separación del cerebro humano izquierdo del derecho, para separar la lógica de las emociones. Además se alcanzó un nivel de desarrollo tecnológico extraordinario que visaba potenciar todas las habilidades propiamente masculinas (yang), alejaba a los seres humanos (a las masas) de sus facultades espirituales y los marginaba a niveles de conciencia cada vez más bajos.
Las Escuelas de misterio de Egipto eran escuelas iniciáticas que pretendían perpetuar los conocimientos de las leyes espirituales que ya se conocían en la Atlántida y Lemuria.
Jesús de Nazaret realizaba imposición de manos para sanar a los niños. Dasira Narada (1846-1924) funda la Escuela de la técnica Zen (en sánscrito Dhyana), terapia que canaliza la energía universal a través de los chakras. Mikao Usui (1865-1926) funda la Escuela de Reiki que también establece un sistema de armonización natural al canalizar energía vital universal.
A mediados del siglo XX se demuestra científicamente que los seres humanos estamos unidos por campos morfogenéticos y se valida la “teoría del centésimo mono” (si un número suficientemente grande de personas (masa crítica) adquieren un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propaga a toda la humanidad).
Bert Hellinger (1925) crea la terapia de Constelaciones Familiares uniendo la terapia Familiar Sistémica y la Programación Neurolingüística.
Aire de Luz se inicia en la práctica de una terapia de conciencia que funde la clarividencia y las líneas energéticas familiares, para unir el pasado, el presente y el futuro, y descubrir tus mejores potenciales.

La clarividencia

La clarividencia es una facultad extrasensorial que permite a una persona “ver” más allá del velo que nos imponen nuestros ojos físicos, como por ejemplo:
el estado energético de una persona (chakras, bloqueos, implantes, …),
los guías que están con una persona,
los seres o entidades que acompañan a una persona,
los registros akashicos de una persona,
las personas o energías que se desenvuelven en la vida de una persona (personas vivas, difuntos, …),
los potenciales de una persona.
La clarividencia está estrechamente relacionada con las glándulas Pineal y Pituitaria. Es una facultad innata, que poseen todos los seres humanos sin excepción, pero que sólo está activada en ciertas personas (aunque realmente deberíamos decir que lo que está activado o no es específicamente ese inhibidor extrasensorial).
Un clarividente no utiliza cartas, bolas, velas, ni ningún soporte físico para desarrollar su visión.
En terapia la clarividencia se demuestra una herramienta muy potente, para desemboscar las falsas envolturas y abrir a la Luz aquello que nos hace sentir pequeños, aquello que nos limita, o simplemente aquello que nos impide ser.

¿Por qué una Terapia de Luz?

No existen dos sesiones de terapia de Luz idénticas. Para describir una sesión utilizaremos un símil.
Imagínate en una habitación, tu dormitorio. Toda tu vida la has hecho en esa habitación. Nunca has salido fuera y de hecho crees conocer tan bien tu habitación que te desenvuelves sin ningún tipo de luz y no piensas necesitar encenderla.
En un momento dado, sientes que estás dando vueltas, que te tropiezas siempre con el mismo mueble y presientes que debe “haber algo más” que se te escapa, pero no llegas a saber qué es.
De repente alguien enciende la luz de tu habitación (ese alguien siempre eres tú, con ayuda o sin ella), y descubres un espacio nuevo, obstáculos que no habías visto antes, puertas que no habían sido abiertas, persianas bajadas, y lo más importante, un mapa y unas llaves (o claves).
Pronto comprobarás que la realidad muchas veces está oculta tras un velo de apariencias.
No todo el mundo necesita un clarividente en su camino. No todos los clarividentes son terapeutas.
Cuando un clarividente aparece en tu vida quizás sea una señal de que la magia ha llamado a tu puerta, es magia de la buena porque tú eres un verdadero mago y el clarividente sólo te ayuda a recordarlo.

¿Cuál es la clave más común?

En la práctica clínica se demuestra que cada problema personal está marcado por la ausencia de amor. El problema es el amor en si mismo. El problema existe ahí donde hay una ausencia de amor, y lo importante es saber que si dejas fluir el amor, el problema se solucionará.
Los problemas de tu mundo exterior provienen de una emoción interior. La emoción es la manifestación interior que iguala a la cuestión en el exterior. Esta cuestión es la manifestación externa de la emoción y cada emoción es en cierta forma “ausencia de amor”.
Comprende esta paradoja: en el ahora hay amor (cada una de las emociones proviene del pasado). En el ahora hay cuatro emociones básicas: Enfado, Tristeza, Miedo y Amor. Evidentemente preferirías eliminar los sentimientos de enfado, tristeza y miedo y sentir sólo la bendición del amor, pero debes entender que los sentimientos del enfado, tristeza y miedo son una guía en tu camino para encontrar el amor.
Hace miles de años, en tiempos de la Atlántida, se produjo la desconexión de los seres humanos con la Madre Tierra (que representa a la Madre Divina). Todos tus problemas con tu propia madre son un reflejo directo de lo que pasa con la Madre Tierra. Observa las relaciones de tus padres. Cuando las barreras desaparezcan, cuando los bloqueos se disuelvan, tu conexión con la Madre Tierra será más fuerte, y de esta forma tu vida se volverá más poderosa, hermosa y expresiva.
Siempre son aquellos que se encuentran más cerca de ti los que más te lastiman. El plano terrenal ha sido estructurado de tal manera que tendrás que alcanzar las profundidades de tu “locura” para poder encontrar el perdón hacia aquellos que te brindaron amor y aquellos que te infligieron dolor. Siempre está estructurado de tal manera que haya justamente suficiente en tu interior para romper esos grilletes y a través de esto puedas avanzar hacia el próximo nivel de conciencia.
Tus sueños son tu orientación. Aquellos que no se sienten merecedores de vivir sus sueños encontrarán dolor y resistencia en la vida. Cuanto más te alejas de tus sueños más intenso se hace el dolor del cuerpo (un dolor que se convertirá en enfermedad). Si estás dispuesto a cambiar tus esquemas mentales y asomarte a tus emociones, obtendrás un regalo que es la liberación, un cambio en tu sistema de creencias y en tu forma de vivir.
La clave más grande con respecto a lo que eres, son tus padres, aquellos que están siempre más cerca de ti. Aún en el caso de que hayas sufrido un abuso a manos de un extraño, encontrarás que ese abuso se encuentra en algún lado en las energías de tus padres (no importa cuan secreto, cuan profundo, cuan oscuro o cuan oculto). El abuso siempre fluye a través de uno u otro de tus padres. Tus padres se unieron porque ellos son espejos el uno del otro. Ese espejo es exactamente igual. Es un reflejo de ti, de tu interior.

Tags:
Leave a Comment